miércoles, 11 de julio de 2007

El Amor es un sentimiento, no una sensación.

¿Te has dado cuenta, hermano, lo que provoca el amor?

¡Oh, el pobre hombre, que no encuentra su destino!

Él conoce su mitad que lo complementa. Mas la otra parte no cae en cuenta de su condición. ¿Qué puede hacer para que reaccione?

Libertina es tu alma gemela y pasa frente a ti con otro de la mano, busca placeres vanos y serviles. ¿Virtuosa, no dijiste, era?

¡Le gusto! Exclama para tu asombro disimulado. ¡Quiere algo mío! Dice mientras tú le miras, desconosolado. Ese ser excepcional se cae de su morada, de lo alto, esa colina que vislumbras desde lo bajo de tu choza. Cae. Rueda. Rueda. Cae.

¿Qué voy a hacer? Cuestiona con más ganas que duda. Y tú: pálido, triste, cabizbajo; cierras los ojos. Los cierras y tu alma duele. Tiembla. La miras. Le hablas. ¿Qué puedo decir?, exclamas con una lágrima rodando por dentro de tu ojo derecho. ¿Qué puedo decir?

¿Nada en la cabeza tengo, acaso? Solo físicamente la atraigo, ¿pues qué tengo? Exclama mientras quieres robarle un beso. Sabes lo que tienes, le dices al tiempo que deseas declararle lo que en verdad tiene.

¡Maldito el día en que te conocí! Pues me di cuenta de tu intelecto y tu gran bondad que disfrazas con esa quimera de superficial intolerante, ¡oh!, gran pedante pareces al mío amigo, mas te aseguro que no es así. Grande. Eso eres. Grande. Mahatma. Grande Alma. ¿No lo ves?

Y tu cadencia me mata, pues lo tuyo es matar. Matar en vida. Matar. No lo ves, seguramente. No lo ves. Amar y matar, en muchos casos -solo los conocidos- resulta lo mismo.

¡Solo morir es librar! Exclama el adolorido medieval. ¿Así es? Soy valiente para amarte, pero cobarde para morir por ti. Vivo por ti. Vivo muerto. Vivo en muerte. Muerto en vida.

¿Tentaciones? Las tienes, lo sabes. De sobra. No me preocupa. Eso no es lo que busco, lo declaro. Hacerlo, ¡por supuesto! Pero no de esta manera. Así, no sirve. Servirá para el hombre, mas lo que es bueno para el hombre no es necesariamente para el ser del hombre. ¿Conoces tu ser? ¿Conoces tu existir? Y si realmente existieras, ¿con quién quisieras existir?

Amor, dolor, vida, muerte, sufrimiento y gozo. Las apariencias engañan. El engaño duele. El dolor entraña sufrimiento. Y cuando sufras, estaré aquí, quieto. Esperando. Esperando por ti. Para calmar esas heridas que, a tiempo estuviste de evitar, pero pensaste que un puñal en el corazón sería herida para mi, no para ti. Te equivocaste, quizás, pero no importa. Espero. Espero por ti. Amor... amor el mío para tí. Lo demás es aire.

Esperaré ahí, en mi morada. Ahí en el azul infinito donde las almas esperan que su mitad recapacite. Ahí. Desde donde te sigo día y noche: noche y día. Ahí, pues en cuerpo te veo desde abajo. Desde mi verdadera morada te miraré desde arriba, quizás. No soy más, por el contrario, parezco menos. Pero desde ahí miraré como crees ser feliz, y mientras dure, seré feliz, quizás, al verte sonreír y gritar. Después seré infeliz, pues tu destino fallaría. Mas no te preocupes. Aquí sigo, ¿no lo crees? Dijiste creerme. Ahora cree más que nunca. Hazlo.

Y seguirán siendo altas horas por la madrugada, y tu nombre temblar en mi garganta, como mantram, dos segundos, cada dos segundos, dos segundos. El tiempo que toma pronunciar tu bello diminutivo que te hace ser el ser más tierno. Dos sílabas. Suaves dos. Dos sílabas. Dos. Largo. Pausado. Dos.

¿Viste hoy el cielo? A Selene no la has de encontrar. Ella está aquí en mi alcoba, llorando conmigo, pues en otros brazos te ha visto. Y te verá. ¡Calla, Luna variable como mi suerte! Calla, por piedad. Que si lo que no me mata me hace más fuerte, no quiero intentar. ¡Lucas pareces sensato! "Feliz el hombre que ignora si es amado", creo tienes razón. Mas eso no importa, pues lo escrito así está. Esperaré hasta que entre en razón. ¿Cuándo? No lo sé. Mejor. Así esperaré día tras día. Vida tras vida, quizás.

Libertina es tu alma gemela y pasa frente a ti con otro de la mano, busca placeres vanos y serviles. ¿Virtuosa, no dijiste, era?

¡Dejadla en paz! Que viva su vida, si cree que es vida. Dejadla. ¿Qué más da? Eso es cuerpo, ceniza, polvo, nada. Lo que interesa a este insensato solo es lo que por dentro está. Que en mi ser amado en grandeza se da.

Pero eso no es Amor, dicen los que dicen saber. Mas yo respondo: ¿Qué sabes del Amor? ¡Define ahora el Amor! ¿No puedes? Ante tu silencio, lo haré yo: Amor es encontrar a tu mitad perfecta del círculo perfecto, ¿cómo saber? cuando, aunque no se da cuenta, tú la deseas a ella, deseas sea feliz aunque tu muerto estés, aún muerto en vida. Verla pasar con otro. Pero la prueba mejor es, cuando la quieres a ella mientras que tres más tras de ti están.

Y el de ellas tres, ¿amor no es? No lo es. Pues buscan lo mismo que mi ser amado en otros, y digo verdad, cuando digo que el Amor es un sentimiento, no una sensación.