miércoles, 11 de julio de 2007

Lo positivo, lo negativo y lo interesante del capitalismo.

Nihil est tam angusti animi
tamque parvi quam amare divitias.
-Cicerón-


El mundo que nos rodea. El mundo. Nuestro mundo. Ese es el capitalismo y debemos estar dentro. Si estamos separados de él démonos por muertos. Pero el capitalismo no es fatalidad ni tragedia, sino que, como todo, tiene pros y contras los cuales se tratarán en este breve escrito.

Lo positivo.

La constitución de un mundo capitalista nos muestra un mundo más cómodo, lleno de comodidades quizás.

Y es que conocemos a la globalización como producto del capitalismo. Y con ella nos agraciamos con bienes cada vez más complacientes.

Los adelantos médicos sofisticados curan enfermedades cuyo remedio antes fuera impensable; las prótesis cada vez son más efectivas; las pastillas anticonceptivas pasan de ser pastillas preventivas, a correctivas. Las cirugías no utilizan más navajas y los efectos producidos por la intervención es efímero.

La población tiene una participación activa en las decisiones que constituyen al Estado, y la presencia popular es clara al crear ONG’s, por medio de las cuales se consideran los aspectos que afecten a la misma población, rescatando culturas, valores, tradiciones; fomentando la creatividad y la solidaridad; el amor a la patria.

La educación se postra a la altura de las grandes universidades alrededor del mundo, y los estudiantes salen, por lo tanto, mejor preparados.

La investigación surge como un tema que motiva a más personas y se preocupan no solo por la cuestión científica, sino por la social, la humanista, la religiosa, etc.

Lo negativo.

Las comodidades que nos crea el capitalismo están acabando con la ecología, con el medio ambiente, con nuestro entorno natural. Por más que dicen preocuparse –los empresarios– por resolver estos problemas, solo vemos que la avaricia sobrepasa los adelantos “ecologistas”.

Consideramos que los bienes a los que nos aferramos como si en verdad fueran necesidades de urgencia humana, cuando no nos damos cuenta que resultan un exceso.

Los hospitales que tienen grandes sistemas son exclusivos para unos cuantos, el resto está obligado a padecer penurias increíbles en el penoso mundo de los hospitales federales o estatales, donde se trata al paciente como algo y no como alguien, pues piensan –tontamente– que ese paciente no ha contribuido, cuando ese servicio ya ha sido pagado por medio de los impuestos.

El Estado es tan incompetente, que acepta que la creación y existencia sustentable de ONG’s le ayudan enormemente a su labor. La autoridad del gobernante deja de ser general para ser aplicada a unos cuantos. De aquí se sigue que muchos vivales faltos de ética se mantienen del erario complaciendo a la muchedumbre con fanatismos, ya sea religiosos, políticos, antipolíticos, antirreligiosos.

Unos cuantos tienen acceso a la mejor educación –pensemos que muchos no pueden tener siquiera educación– y muchos de éstos primeros saldrán del país o laborarán en empresas extranjeras.

Los investigadores se empeñarán por hacer del capitalismo lo mejor, el problema es qué entienden ellos por “mejor”.

Lo interesante.

Pareciera que los ciclos se repiten, que la historia es tan solo un lapso de tiempo que tiene una continuidad mas o menos definida. De ser así, ¿qué es lo que sigue más allá del capitalismo?

Todo aparenta que la religión va de la mano con el capitalismo, las quimeras cada día se van haciendo más complejas y hoy por hoy el dinero se convierte en el amo y señor, en el ídolo, en el becerro de oro.

Se nos presenta a la política mezclada con el comercio y la economía, inclusive las corruptelas que brotan a la luz parecen ser complots generales. La economía y las finanzas superan la barrera de la actividad política y la manejan a su conveniencia.

La cultura se ha convertido en uno de los negocios más rentables, y los libros ahora se compran y se llevan a casa como si fueran elementos de exhibición, no para comérselos y llenarse, nutrirse con su sabiduría.

Los medios de comunicación facilitan todo, incluso por medio de ellos se puede crear o destiuir una figura, una agrupación, un país, un enfrentamiento o una convención. El poder es casi insuperable.

Difícil es vivir en este sistema, pero debemos adaptarnos, y organizar nuestros propósitos, no dejarlos sobre la mesa sino llevarlos a la práctica, enorgulleciéndonos de nuestras acciones en pro de la economía global, sumando y no restando.